Por Valeria Leiva
El pasado 25 y 26 de marzo se llevó a cabo en la ciudad de Guatemala la cumbre plurinacional por la libertad para el agua, un encuentro al que asistieron representantes de comunidades y pueblos de todo el país, quienes se reunieron a compartir vivencias sobre el agua en sus territorios.
“Platicar lo que pasa con el elemento agua en nuestras comunidades significa debatir, significa empezar a construir la colectividad entre los diferentes territorios. Tratemos de provocar, tratemos de construir espacios para que nosotros mismos estemos conscientes de lo que ocurre en nuestro territorio. Hablemos de los ríos envenenados, de los ríos asesinados donde han ocurrido grandes ecocidios, hablemos de los ríos privados de su libertad como el río Cahabón y el río Oxek, por los que el compa Bernardo pasó encerrado cuatro años”, fueron las palabras de Abelino Chub Caal, líder maya q’eqchi’ detenido durante dos años, criminalizado por su liderazgo social y quien fue el primero en hablar durante la cumbre.
Bernardo Caal Xol, es un maestro, sindicalista y defensor del territorio q’eqchi’. Estuvo en prisión cuatro años por defender los derechos de las comunidades mayas perjudicadas por la construcción de un proyecto hidroeléctrico en el Río Cahabón, Alta Verapaz. Días después de recobrar su libertad, participó en la cumbre por medio de una videollamada. Fue recibido con aplausos para celebrar su libertad.
Una mirada a lo plurinacional
Para la investigadora maya kaqchikel Aura Cumes, la plurinacionalidad significa el reconocimiento de una pluralidad de naciones originarias qué existen previo al estado.
“Es importante imaginarnos, tenemos una existencia milenaria en este territorio, desde que empezamos a contar el tiempo como culturas. Nuestra existencia radica en que existimos antes que el estado, la plurinacionalidad busca la autonomía de nuestra vida, que como colectividad seamos los encargados de cuidar nuestra propia existencia. Debemos hacer que todo lo que existe en nuestro territorio sea para alimentar nuestra vida. En este momento no es así, en este país hay ríos y tierras, pero mucha gente, muchos niños mueren de desnutrición. No estamos enfocados en el cuidado de nuestra vida, sino que estamos sacrificados para otros. La plurinacionalidad demanda libre determinación y soberanía, esto significa los derechos sobre nuestros territorios.”, explicó Aura.
El agua desde los pueblos
En la cumbre se recordó cuando las aguas de los ríos La Pasión en Sayaxché, Petén, fueron contaminadas por una empresa de monocultivo de palma aceitera, las consecuencias del ecocidio ocurrido en el 2015 persisten en más de cien comunidades que dependen de la pesca y del consumo del agua. Las denuncias evidenciaron el nivel de corrupción de la empresa y su complicidad con autoridades municipales e instituciones encargadas de investigar los hechos.
A pesar de sufrir las consecuencias de la contaminación de las fuentes de agua, las comunidades persisten en organización para atender la problemáticas del acceso a agua de calidad en los diferentes territorios, este es el caso de la Comunidad de Tzunun Ya’, quienes desde 2011 se encargan de velar por el cuidado del Lago de Atitlán, “la abuela” como le llaman.
Varios temas se discutieron en esta cumbre, el agua desde la espiritualidad fue uno de los temas más profundos durante este encuentro, Eduardo Pacay guía espiritual de la región q’eqchi’ compartió: “Si estuviéramos en los tiempos primigenios originarios cuando el Popol Vuh describe que solo había silencio, oscuridad, que no había movimiento, nada se movía, nada se agitaba, solo el firmamento oscuro sin estrellas, no había nada arriba, nada abajo, solo el mar reposando tranquilamente y solo se veía el movimiento de Tepeu Kukumatz, se veía que palpitaba, color verde y color azul.” De este verde y azul se inspiró el movimiento libertad para el agua, un movimiento que busca luchar por la vida, defendiendo el agua. En palabras de Pacay, nuestros cuerpos no están separados de la naturaleza, son el agua, son la tierra, son el maíz que Ixmukané molió en su piedra.
La libertad para el agua es hablar y visibilizar las consecuencias de un sistema de consumo insostenible e incompatible con la vida, es exigir que sea respetado el derecho a la vida de todos los seres, los ríos, los lagos y los afluentes, la libertad para el agua está en la resistencia de las comunidades indígenas para defender la madre tierra, está en las poblaciones y en todas las personas que trabajan para cuidar la tierra y regenerar la vida.