¿Nos podrías decir tu nombre y a qué te dedicas?
Reyes Josué Morales, me dedico al arte, psicología y educación. Mi formación artística principal viene del teatro, pero desde hace más de 10 años he explorado diversos lenguajes entre ellos el lenguaje audiovisual.
¿Cuál es tu opinión de que existan residencias artísticas descentralizadas?
Me parece que son tentativas que deberían ser más permanentes, para que podamos seguir vivenciando la variedad, la potencia de las diversas realidades, problemáticas y fuerza resiliente presente en los diferentes territorios
¿En tu opinión, cómo aportan las prácticas creativas desde las mujeres a las comunidades de Guatemala?
El aporte me parece que es a diversos niveles: Un nivel es el nivel personal, pues estos procesos nutren, impactan la subjetividad de las participantes, enriquece o fortalece sus capacidades críticas y creativas y sus procesos de vida, tales como su vocación o profesión y su proyección dentro de su contexto inmediato.
El otro nivel es la posibilidad de visibilización y diálogo que el material concreto genere en los espacios donde se presente. Sea en espacios institucionales, alternativos, oficiales o comunitarios, la obra permite abrir un espacio de intercambio alrededor de las temáticas abordadas por las artistas y con ello las posibilidades de acciones transformadoras concretas, de hecho, visibilizar alguna problemática es en sí misma una práctica transformadora.
A nivel institucional, mi deseo es que cada vez sea mayor y constante la alianza entre los lenguajes sensibles o artísticos y los lenguajes políticos, económicos.
¿En tu opinión cuál es el aporte de un proyecto como la residencia artística cuerpo territorio, para la sociedad guatemalteca y para el sistema del arte local?
Suma a la proyección de artistas locales y es importante en este caso pues aborda problemáticas contextuales actuales. Visibiliza la subjetividad y sensibilidad de mujeres mayas q’eqchi’. Y tiene la posibilidad de ampliar lo que se considera el arte a nivel local, y ver que es diverso y resaltar que hay mucho que decir y contar desde nuestras realidades locales.
¿Nos podrías compartir cuál fue tu experiencia al participar en el área formativa en la residencia artística cuerpo territorio?
Fue en un enorme gusto, encontrarme con mujeres a las que la temática las atraviesa a distintos niveles, y que sus reflexiones estéticas corren paralelas a sus reflexiones políticas.
Siendo originario de Totonicapán he ido desarrollando un interés, una empatía por las realidades del norte del país. Así que fue un enorme gusto aportar y confío que en el futuro los lazos tendidos se reactivaran en nuevos intercambios y colaboraciones.
¿Te gustaría compartir alguna anécdota, idea o comentario, que creas que no debe faltar en esta entrevista?
Me gustó mucho cuando Elena me compartió sus experiencias personales alrededor de la práctica del Tuj, o temazcal en el área del altiplano. También me gustó mucho saber de las practicas espirituales propias de las comunidades q’eqchis y la etimología de la palabra q’eqchi’, que según entendí, viene de prácticas ancestrales meditativas y dialógicas en el espacio energético que brinda la noche.